Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100121
Legislatura: 1886
Sesión: 21 de diciembre de 1886
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Marqués de Villamejor.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 72, 1431.
Tema: Construcción de una escuadra.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Voy a dar una satisfacción a mi distinguido amigo particular Sr. Marqués de Villamejor. Como S.S. no oye bien, resulta que no se ha enterado de lo que ha dicho el digno señor individuo de la Comisión que le ha contestado. No es que haya dicho que S.S. no ha ataco el artículo, sino que realmente no ha manifestado nada que obligue a la Comisión a contestarle en los términos que ésta creía debía hacerlo. Por lo demás, no tiene S.S. motivos de resentimiento ninguno. El individuo de la Comisión ha creído que las observaciones que S.S. ha hecho no eran bastante atendibles para ser contestadas. De manera que más bien ha sido un acto de cortesía lo que ha hecho con el Sr. Marqués de Villamejor, que una falta de atención. Podrá ser que la opinión de la Comisión sea equivocada y que sea exacta la de S.S.; pero la Comisión, según su criterio, no ha creído que necesitaba rebatir las observaciones de S.S., y se levantó única y exclusivamente por cortesía y consideración hacia el Sr. Senador.

Su señoría cree que debe seguirse en las cuestiones de marina los procedimientos de contratación que se siguen para obras públicas. ¿No es esto? Esto no es una observación seria, porque comprenderá su señoría que la construcción de un buque en las condiciones en que hoy tiene que hacerse, no puede verificar en cualquier parte, ni se pueden admitir todos los materiales que de cualquier parte puedan venir. (El Sr. García de Torres: ¿Y el concurso?). El concurso se establece en unos casos, y en otros no. Por consiguiente, resulta que la observación del Sr. Marqués de Villamejor, de que debe seguirse para estas construcciones el mismo sistema que para las ordinarias, no es verdaderamente de peso. En ninguna parte, en ninguna Nación se sigue otro sistema que el que aquí se propone, porque no es necesario sacar a subasta ciertas obras. Si se necesitan, por ejemplo, cañones para un buque, y no existe más que una casa que los haga, ¿para qué acudir a la subasta? No hay otro remedio, o no se tiene esa clase de cañones, o hay que acudir exclusivamente a la casa constructora. El sistema será bueno o malo, pero lo que se hace en España, es lo que se verifica en todos los países, en los cuales no hay tampoco necesidad de subasta, porque no pueden hacerlo de otro modo, y bajo este punto de vista es como S.S. ha debido considerar un acto de cortesía, no como una necesidad del debate. Realmente la Comisión no tenía necesidad de contestar a las observaciones de S.S., muy atinadas, sí, siempre, pero que no encajaban bien.

Si se conforma S.S. con estas explicaciones me alegraré, y si no, estoy dispuesto a invertir tres cuartos de hora en contestarle. Me alegraré que se conforme, porque así S.S. y yo evitaremos cansar a la Cámara más de lo que está, después de una tan larguísima discusión. (Varios Sres. Senadores: ¡Si está ya votado el artículo!). [1431]



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